Te contamos cómo salvar tu móvil de una inmersión súbita para que siga siendo operativo cuanto antes.
Verano y agua por todas partes: playa, piscina, río… tú con el móvil para captar cualquier instante y de repente… ¡plof! ¡Móvil al agua! Una situación habitual tras la que, si no actuamos con rapidez, acabaremos con un pisapapeles hermoso, pero un inservible teléfono y un pequeño disgusto.
Y aunque los teléfonos móviles siguen evolucionando y buscando cómo protegerse contra estos pequeños imprevistos, agua o polvo, los accidentes acuáticos siguen ocurriendo. Pero muchas veces tienen solución: veamos qué trucos existen para ayudar a salvar nuestro móvil de una inmersión.
¿Móvil mojado? Actúa con rapidez
Lo primero que debemos hacer si se moja el móvil es actuar con rapidez. Para que nuestro smartphone siga siendo operativo, la mejor actuación es la actuación ágil.
Sácalo del agua antes de que se ahogue del todo o, si se ha derramado un líquido por encima, límpialo con presteza. Si se ha caído en agua salada tendrás que lavarlo inmediatamente con agua dulce, y continuar el proceso.
Aún tendrás que esperar al menos dos días para comprobar si sigue funcionando, aunque tiene más probabilidades si se ha mojado con no demasiada agua potable. Cruza los dedos y sigue leyendo.
No lo enciendas
Si enciendes rápidamente tu móvil, podría provocarse un cortocircuito y este dejaría de funcionar de inmediato. Cortocircuitos y corrosión son los peores enemigos de estos dispositivos, de ahí la necesidad de actuar rápido.
Si es desmontable, desmóntalo
Si puedes abrirlo para sacarle la batería, hazlo. Si no, sácale las tarjetas SIM y SD, y comienza a probar los métodos de secado. Si se ha mojado un poco, sécalo con rapidez con una toalla… si la inmersión ha sido plena, sigue leyendo.
Evita, por todos los medios, el calor
No uses ni un secador, ni un ventilador, ni un radiador para secarlo. ¡Y ni de broma un horno! Aunque parezca mentira, no es la primera vez que se recomienda secar el móvil en el horno… ¡e incluso en el microondas! Nada de calor, por favor.
No uses ninguna fuente de calor, porque los metales y las piezas de plástico se funden o puedes provocar cortocircuitos, pues la electrónica de los móviles, igual que la de los de los ordenadores, funciona mejor a baja temperatura.
El truco del arroz puede funcionar, pero también el alcohol
El viejo truco de sumergir las piezas del móvil en arroz puede funcionar, pues este cereal absorbe la humedad, pero su efectividad dependerá del estado del aparato. Prueba a introducir el móvil, desmontado todo lo desmontable, en un tarro con arroz (también puede funcionar la arena de playa o incluso la arena para gatos). A veces hay que dejarlo hasta 48 horas en el tarro antes de volver a montarlo y encenderlo.
En ocasiones, el truco del alcohol es más efectivo. Este método se basa en sumergir de nuevo el móvil en alcohol de 96 (el típico alcohol desinfectante que podemos encontrar en cualquier farmacia), con la batería igualmente retirada. El alcohol con altos niveles de pureza se evaporará sin dejar rastro, y arrastrará la humedad con él. Para ello, es necesario dejar el móvil inmóvil, paradoja mediante, durante un par de minutos, y después retirarlo y esperar a que se seque al natural, hasta que no huela absolutamente nada a alcohol.
Y si todo esto no funciona… al servicio técnico
Aunque la garantía se habrá arruinado. Ningún fabricante se hará cargo de manera gratuita de la reparación por una avería causada por el agua. Los móviles disponen de un chivato, una pegatina que cambia de color al mojarse, y que informará al fabricante de dónde viene la avería.
Pero si no estamos dispuestos a pagar la presumiblemente abultada factura, debemos probar todas las posibles soluciones.
Nuestra mejor opción: móvil mojado, pero no mucho
Nuestra mejor opción para salvar el móvil es que el agua no haya causado ningún cortocircuito y que no se haya producido corrosión en sus componentes. Si los métodos que hemos visto no funcionan, nos quedará el último recurso de meter el móvil en una bolsa hermética con bolas antihumedad y, de nuevo, esperar.
Y si tras 48 horas comienza a funcionar, ¡alegría! Nuestros métodos habrán funcionado, el móvil no se ha deteriorado y podremos seguir hablando y navegando con nuestro Internet móvil, sin necesidad de hacer un desembolso con el que no habíamos contado, y sin un nuevo pisapapeles en nuestro escritorio.